Opinión: Coñacs Peinado

Opinión: Coñacs Peinado

Precioso anuncio de: «Coñacs Peinado», bodega y destilería fundada en 1820 por don Juan Antonio Peinado, en Tomelloso, que empezó vendiendo a nivel provincial, pero a finales del pasado siglo ya comercializaba a toda España y exportaba a Holanda, Francia…
Después, creo que, vendieron la marca y ya lo elaboran, envejecen y exportan otros propietarios, que lo han introducido en otros muchos países.
LOS ESCRITORES
Los escritores y buenos amigos míos: Francisco García Pavón (Novelista) y Eladio Cabañero (Poeta), que eran «tomelloseros» de pura cepa y muy buenas personas, introdujeron dicho coñac en el mítico y centenario café literario: «El Gijón», en Madrid y era el que se solía servir en la mesa de los poetas del nombrado café histórico, entre cuyos más fieles asistentes y tertuliano estaba Gerardo Diego, que era el que presidía la mesa, en aquellos años de mi juventud dionisíaca, en los que recorría junto a mis colegas el pintor Óscar Benedí y el actor Valentín Hidalgo Rubio, las tabernas centenaria del barrio de «Chueca»: «Casa Sierra», «El Comunista…», en las que teníamos mucha nombradía…
LAS TABERNAS
En la primera tomábamos chatos de vino de Valdepeñas, cerveza de grifo bien tirada y algún que otro vermut también de grifo, que se lo servían de Reus y estaba delicioso. En ella me presentó don Ángel Sierra (dueño de la taberna) a varios escritores madrileños -entre los que destaca Carandell-, que tenían tertulia en la parte de atrás de la tasa (hoy abierta al público), junto a los barriles de madera del vermut, que servían de mesa para los vasos y las tapas y en los que, antiguamente, les enviaban el nombrado y preciado licor de los dioses…
La cena la hacíamos casi siempre en la citada tasca: «El Comunista», que se comía bien y a buenos precios. Y después, ya comenzaba la noche por los bares nocturnos de ambiente gays, que, en aquella época, no había tantos como ahora, pero todos estaban «petados» de jóvenes y maduros en busca del amor… que, pocos encontraban, dado que, la inmensa mayoría solo buscaban sexo y diversión.
ANÉCDOTA, EN RELACIÓN A TOMELLOSO
Fui -siendo yo un niño- con mi padre a Tomelloso, que fue a comprar una partida de vino tinto, dado que, el tinto de nuestra bodega que elaboraba mi padre se había terminado, y mi papá siempre decía que, después de Valdepeñas, los mejores tintos que se hacían en la provincia eran en Tomelloso.
Así que, como mi antecesor era amigo de uno de los Peinados-creo recordar que se llamaba Leoncio-fuimos a su fábrica de espirituosos y me sorprendió mucho ver al citado ¿Leoncio? vestido con un mono azul de trabajo, como un obrero más de la bodega.
No sé el motivo, pero yo tenía idealizado a esa familia y creía que eran como algunos de los bodegueros señoritos de Jerez, vestidos con traje y corbata, lo que ocasionó, que me desilusionará mucho verlo cubierto con el mono de currante.
De regreso del viaje, tras «apalabrar» mi procreador el vino a un cosechero que le aconsejó el señor Leoncio, mi papá me dijo: «Ese hombre que has visto vestido con el mono de trabajo es el que hace el famoso coñac Peinado».
NOTA: La lámina publicitaria que ilustra este breve texto la he rescatado de mi álbum: «La Mancha Artística e Industrial», publicado en 1925 e impreso por Juan Barrera Gómez. Editor. Casa Velázquez (sección de ediciones). c/. Velázquez, 6 SEVILLA.

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