Se inicia en Campo de Criptana la recuperación de la dignidad y la memoria de los ciudadrealeños víctimas del terror nazi

Mapas de memoria

Se inicia en Campo de Criptana la recuperación de la dignidad y la memoria de los ciudadrealeños víctimas del terror nazi

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Caballero responde al mandato de Naciones Unidas vinculando la iniciativa «Mapas de Memoria» al proyecto de alcance mundial Stolperstein.

La provincia de Ciudad Real forma parte desde esta mañana del monumento multisituado más grande del planeta gracias a la Diputación, que se ha sumado, a través de la iniciativa «Mapas de Memoria», al proyecto de alcance mundial denominado «Stolperstein», concebido por el artista alemán Gunter Demnig para recuperar la memoria y restituir la dignidad de las víctimas del terror nazi. Consiste en instalar en las aceras de las casas donde nacieron o vivieron unos adoquines que indican cuando nacieron y donde y por qué fueron asesinados.

Esta mañana se ha hecho más visible y personal la tragedia de dos vecinos criptaneneses, Ángel Sepúlveda Beamud y Mario Sánchez Ortiz, porque que el tercero, Wenceslao Fernández, será recordado mañana en Arenales de San Gregorio. Los tres se exiliaron a Francia y posteriormente fueron asesinados entre 1941 y 1942 en el campo de exterminio de Mauthausen. Víctimas del holocausto que a partir de hoy no estarán olvidadas y serán recordadas por la sociedad, ya que sus familias nunca las olvidó, como han atestiguado hoy con su presencia los nietos y sobrinos de los represaliados.

El presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, ha explicado que el acto de hoy constituye el principio de una actuación que emociona, que es importante y necesaria. Ha asegurado que hoy somos una sociedad más digna porque recocemos a personas que en su día fueron héroes, porque lucharon contra el fascismo, por la democracia y la libertad, fuera de España, porque se tuvieron que exiliar.

Ha lamentado Caballero que tuvieran que dejar atrás sus vidas y a sus familias por sus ideas. Y también ha puesto de manifiesto el sufrimiento que eso representó para sus esposas e hijos durante muchos años. Por eso ha afirmado que, aunque los hechos, los testimonios y lo que ocurrió fue muy triste, el día de hoy tiene que ser alegre porque han aflorado sus nombres para que sean recordados siempre.

Ha explicado, asimismo, que la Diputación de Ciudad Real responde así al mandato de Naciones Unidas, que institucionalizó el día 27 de enero para que se recordara en el mundo a las víctimas del exterminio nazi. Considera que efemérides como esta deben servir para que la historia no se vuelva a repetir jamás y también para concienciar en torno a ello a las generaciones posteriores.

«Con este acto reafirmamos el compromiso por el respeto de quien piensa de manera diferente», ha dicho Caballero, quien ha remarcado, a continuación, que «no hay que mirar hacia otro lado» y combatir siempre el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. Espera, por tanto, que el proyecto que hoy comienza se salde con el reconocimiento de las 104 víctimas ciudadrealeñas del holocausto, que serían 150 si se incluyen a los represaliados que sobrevivieron a esta abominable barbarie.

Ha dado voz a las familias de las víctimas Santiago Díaz Hellín, nieto de Ángel Sepúlveda, quien ha querido dejar claro que su abuelo se exilió porque temía por su vida tras ser derrocado por las tropas franquistas un Gobierno democrático que sumió a España en una dictadura. Se dejó en Criptana a su mujer embarazada y a cinco hijos. Fuera de micrófono ha dicho, y así lo han compartido los primos de sus padres presentes, que consideran el acto que se ha celebrado hoy como la vuelta de Ángel Sepúlveda a Criptana, como si hoy hubiera sido enterrado en su pueblo.

Jorge Moreno de Andrés y Alfonso Villalta, del proyecto «Mapas de Memoria» que se lleva a cabo a iniciativa de la Diputación, han comentado que a la instalación de los adoquines le precede un importante trabajo de investigación y de cotejo de datos. Es preciso, según ha dicho, acudir a diferentes fuentes de información y a archivos. Sobre todo, a las fichas que el gobierno francés remitió a España en los años 50, olvidadas durante la dictadura franquista, que en la actualidad son conservadas en el Ministerio de Justicia.

Esos documentos confirman la muerte de cada una de las víctimas y se refiere el último lugar de residencia conocido para hacerle llegar la triste noticia a sus familiares. En muchas ocasiones el proceso requiere de un trabajo complementario y es preciso acudir al padrón municipal a cotejar fechas y datos. O a testimonios de familiares, vecinos o conocidos.

A lo largo de 2022 se procederá a la instalación de 25 adoquines en Campo de Criptana, Arenales de San Gregorio, Ciudad Real, Miguelturra, Manzanares y Alcázar de San Juan. Nueve entre hoy y mañana y quince el próximo mes de mayo. Siempre que el proyecto llega a una ciudad o pueblo, su impulsor está presente, pero en esta ocasión no ha sido posible por la pandemia. Gunter Demnig materializó una idea que ha adquirido una dimensión descomunal. No en vano, se han sumado más de 1.200 pueblos y ciudades de Europa y Asia y las solicitudes no cesan.

El alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro ha agradecido a la Diputación la iniciativa. Ha mostrado su satisfacción porque su pueblo ha sido el primero en contribuir a recuperar la memoria de dos vecinos que perdieron la vida por luchar por la libertad y la democracia, puesto que se tuvieron que exiliar a Francia y fueron hechos prisioneros por los alemanes y deportados a Mauthausen, donde fueron asesinados.

Los ayuntamientos pueden sumarse solicitando la instalación de adoquines en las casas donde nacieron o vivieron las víctimas, aunque también pueden hacerlo las asociaciones y colectivos o los propios familiares.

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