Opinión: Thorrablót. Thor y el duro invierno

Opinión: Thorrablót. Thor y el duro invierno

Muchas son las festividades que el calendario asatrú cubre. Sin embargo pocas tienen el impacto contemporáneo que tiene el Thorrablót. Celebrada el viernes entre el 19 y el 25 de Enero, tiene su resurgimiento en la segunda mitad del siglo XIX por la Asociación de Estudiantes Islandeses de Copenhague (Dinamarca). Pronto evolucionó como una tradición islandesa hasta convertirse en uno de los eventos más conocidos de su tierra en el mundo.

En el Thorrablót no solo se honra a Thor, el popular dios del trueno, si no que se festeja que los días vuelven a alargarse y la preparación para el duro trabajo en el campo en los meses posteriores al invierno. También se considera un momento de encuentro con los ancestros ya fallecidos. Pues se cree que el rugir del frio viento invernal trae consigo las voces de los espíritus. Se invoca a Thor para que haga retroceder las tormentas invernales y para que combata a los Jotuns (Gigantes), que representan el hielo y la escarcha.

La manera de celebrarlo es mediante una comida entre amigos y familiares, principalmente compuesta de encurtidos y ahumados preparados el año anterior (algo típico de la antigua gastronomía vikinga en Islandia). Un restaurante de la ciudad de Reikiavik llamado Naustið se encargó en 1958 de hacer contemporánea esta tradición.

Así nació el Thorramatur, plato estrella de la comida comunal que está disponible en muchos restaurantes islandeses en enero y principios de febrero. Se compone de tiburón fermentado (el cual se entierra en el hielo durante semanas antes de su consumición), arenques en escabeche, salmón ahumado, salchicha de hígado, cordero ahumado y carne y queso de cabra (en honor a las cabras de Thor).

Todo esto es servido en una gran tabla de madera y acompañado por cerveza negra, brennivin (un aguafuerte islandés), pan y pasteles típicos islandeses.

Después de la cena de Thorrablót, prepárate para los juegos de grupo y las viejas canciones e historias. Los participantes recitan discursos y poemas, honrando al dios Thor. Más tarde en la noche, los bailes comienzan y a menudo continúan hasta la madrugada cuando las celebraciones de Thorrablót llegan a su fin.

En la actualidad aparte de ser el festival gastronómico más importante de Islandia, es uno de los actos religiosos más importantes del asatrú en dicho país para la organización religiosa Ásatrúarfélagið. Esta es la rama islandesa del movimiento asatrú y es reconocida oficialmente por el estado.

Quizá el remedio a los temporales de hielo y nieve que azotan nuestro país estos meses sea adecuado celebrar el Thorrablót. Quizá Thor se encargue de ayudarnos a salvar nuestros campos y cosechas para disfrutar de una primavera abundante.

Y tal vez si prestamos atención al lamento invernal podamos encontrar en la voz de aquellos que nos han dejado las respuestas que necesitamos para salir adelante en estos tiempos tan convulsos y oscuros. Feliz día de Thor a todos los lectores.

Jose Luis Torres Alcázar (Co-presidente del Kindred Yggdrasil Community)

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